SER PUBLICISTA

El haberse celebrado ayer, 20 de mayo, el Día del Publicista, me inspiró para compartir con ustedes un poco de una de mis grandes pasiones: haber estudiado Publicidad y Relaciones Públicas en La Universidad del Zulia. Recuerdo que cuando era niña como buena  geminiana –que nos encanta hacer de todo- todas las semanas quería estudiar una carrera diferente. Recuerdo que le decía a mi mamá “cuando sea grande voy  a estudiar Arquitectura” –por esa empecé- , luego le decía “mami voy a ser Ingeniera Civil porque quiero construir muchas casas para los que no tienen donde vivir”, al otro día quería ser maestra, después psicóloga, meses después médica y así fue todo hasta que llegó la hora de decidir. El sueño de mi madre era que fuese médica, tanto lo anhelaba que hasta llegó a decirme que si lo hacía ella estudiaría conmigo la carrera, pero no, recuerdo que un día le dije “Mami, voy a estudiar Comunicación Social”, y allí comenzó todo.

Empecé mi carrera en el año 87 – ya van a empezar a sacar la cuenta de la edad- y créanme que fue una etapa sencillamente maravillosa. Estudiaba en la cuarta mejor universidad de Latinoamérica, La Universidad del Zulia, todos los egresados de ella eran los mejores profesionales y encontraban trabajo rapidiiiiito. Tuve el honor de tener excelentes profesores, a quienes admiro y respeto porque fueron una base fundamental para lograr estar hoy día donde me encuentro… Esos profesores que nunca se olvidan, que siempre están presentes y son referencia en cada clase de las que hoy imparto a mis socios de aprendizaje en la maestría o doctorado de URBE:  Berenice Camacho, Margarita Sánchez, Eleonora Parra, Isis Bracho, Octavio Meléndez, Antonio Franco y de quién ha sido mi mentor, mi guía, mi amigo incondicional Paúl Villasmil, todos ellos contribuyeron a que amara mi carrera por sobre todas las cosas.

No puedo hablar de Publicidad sin mencionar a Paúl. Fue quien me mostró el verdadero rostro de “ser publicista”, quien creyó en mí y me dio mi primera responsabilidad profesional al nombrarme su Asistente en la Tormenta Creativa, el magno evento de la publicidad que nació en el año 91. La experiencia de la mano de Paúl fue un escalón más hacia mi preparación profesional. Allí me relacioné con los grandes del sector publicitario y de las comunicaciones, de quienes tengo un gran recuerdo y aún conservo algunas amistades.

Recuerdo al gran Wolf Lee Preschel (1933-2007), uno de los mejores publicistas y gerentes de la publicidad global del Siglo XX quien fundara JW Thompson Venezuela en el año 64 y quien en aquel entonces –cuando lo conocí-  era el CEO de la agencia para Asia y el Pacífico. Fue conferencista en la Tormenta Creativa y como estaba recién operado me tocaba encargarme de lo que necesitara -hasta un médico le busqué- y ese día me bautizó como su “ángel de la guarda”. Así nació nuestra amistad – gracias a Paúl- lo que permitió que fuera el Padrino de mi promoción cuando me gradué en el año 93. Lamentablemente no pude despedirme de Lee antes que muriera, pero supe que hace tres años bautizaron su autobiografía titulada “Rebel with a cause” –Rebelde con causa, así como lo recuerdo-  noticia que me alegró el corazón.  Lee resumía su estrategia para ser un gran publicista en tres “C”: Cabeza, para saber dónde estamos y dónde queremos llegar; Corazón, porque para triunfar hay que amar lo que se hace y a la gente a quien se dirige y Cojones, porque uno debe tener las bolas bien puestas – en el caso de las mujeres los ovarios-  para tomar decisiones, asumir riesgos y responsabilizarse por los aciertos y desaciertos obtenidos.

Así continué mi historia -de la mano de Paúl- ahora trabajando como “Ejecutiva de cuentas” en la tan famosa y recordada agencia publicitaria República Target DDB, la mejor de Maracaibo - hasta que mis amigos de ARS lean este post y comience la pelea-, y comenzaron los ir y venir a las oficinas de los clientes para asesorarlos en materia publicitaria. Comencé a entender que “el cliente no siempre tiene la razón”, que eso de “ser publicista” va más allá de una visita al cliente, es cuestión de “asesorarlo”, de ser “el cliente” en la agencia y “la agencia” para el cliente, de hacerle entender de la mejor manera que su hija no debe salir en el comercial de televisión y que la publicidad es una “inversión” y no un “gasto”. Se hablaba de hacer un “Brainstorming” –Tormenta de Ideas-, reuniones de status, gimmick y millones de términos que sólo los publicistas entienden y que para ese momento eran nuevos para mí.

República Target DDB fue mi escuela y aprendí de grandes talentos, mi querido Paúl, Heriberto Molina, Juan Carlos Ocando, Josefa López, Verónica Smith, Jenny Tomey, José Manuel Marquez, Aldemar Pérez, Javier Parodi, William González, Jackie Ferreira, de todos aprendía cada día, pero lo más importante que aprendí fue a amar mi profesión. Con el pasar del tiempo me tocó trabajar en ARS Moreno Valbuena de la mano de otro gran publicista maracucho, Jesús Moreno Valbuena de quién tengo un gran recuerdo. Allí me dieron la oportunidad de ser la Directora de Cuentas del Banco Occidental de Descuento. Muchos recuerdos y grandes amigos de esa, mi segunda escuela: Angelina Socorro, Régulo Cayafa, Mónica González, Tony León, José Rafael Soto de todos y cada uno aprendí.Hoy, luego de muchos años dedicados a las relaciones públicas, regreso a trabajar con Paúl y Javier Parodi, en una empresa hermana de una agencia publicitaria, 141Strategia y de nuevo se me remueve la vena publicitaria que estuvo un poco dormida por pocos años.

Como ven la vida del publicista es así, dinámica, llena de retos, de creatividad, de pasión. Ser publicistas es conocer al cliente, el mercado, el producto, los consumidores, los medios de comunicación. Ser publicistas es investigar, es crear, es plasmar una idea en un aviso, una cuña o un comercial. Ser publicista es salir de tu casa bien vestida y perfumada y regresar – muchas veces-  estresada y despeinada. Ser publicista es sentirte complacido al ver crecer la “marca” de tu cliente. Orgullosa de haber estudiado esta profesión. Así pienso, Así soy.