SER PAPÁ.

Leer tantos mensajes a través del Facebook o del Twitter llenos de buenos deseos a los Padres en su día me han inspirado a escribir este post dedicado a ellos, a quienes - sin que suene machista- de una u otra forma cumplen un rol primordial a la hora de nacer un hijo. Sí, sé que las madres somos las que tenemos más mérito porque ellos solo ponen sus espermatozoides mientras que nosotras los llevamos 9 meses en la panza y nos calamos dolores, mareos, náuseas y todos esos "males" que algunas de las embarazadas experimentan, pero también debemos reconocer que sin la ayuda del "papá" solo vendríamos al mundo por "obra y gracia del Espíritu Santo" y eso unicamente lo logró la Virgen María.

Para mí es tan difícil escribir sobre un papá porque nunca pude disfrutar del mío. Hay quienes dicen que padre no es quién engendra sino quien cría y es cierto. Quizás no tuve la oportunidad de vivir con mi padre en un mismo hogar, pero Dios se encargó de darme seis papás a quienes amo con locura: mi abuelo y mis cinco tíos. Realmente les digo que nunca me hizo falta tener uno a mi lado, porque tuve seis. Ellos siempre estaban - y aún están a excepción de mi abuelo quien murió hace 36 años - en cada momento, importante o no, de mi vida y he sido muy feliz por ello.

Lo poco que recuerdo de mi abuelo - era muy niña cuando murió- lo recuerdo como un hombre super consentidor, todo lo que yo quería me lo daba. Murió de cáncer en los pulmones, era fumador y tomaba muchísimo café. Mi mamá y mis tíos me llevaban -escondida- para  verlo al Hospital Coromoto mientras estuvo durante un año hospitalizado. Cuando sabía que me llevarían, me guardaba el helado que le daban con el almuerzo para que me lo comiera al llegar... así era mi abuelo, tenía un corazón gigante... mis tíos ni hablar, ellos han sido mi soporte, mi guía, los que siempre han estado pendientes de mí en todo momento, son mi razón de ser.

Pero ¿qué es ser papá?, esa es una pregunta que puedo asegurar muchos padres en alguna oportunidad de sus vidas se han realizado. Ser papá pienso no solamente es aquella persona que satisface todas las necesidades materiales del hogar para que "no les falte nada a los hijos", no, pienso que ser papá va mucho más allá de esa simple definición. Así como una madre con su intuición femenina establece una comunicación vital con su hijo desde el nacimiento, interpreta sus señales de temor, tristezas y con mimos lo tranquiliza, pienso que el papá brinda al hijo seguridad, confianza, establece sus límites de conducta infantil y cierra el círculo del amor que debe rodear a los hijos... mientras la madre dice "con cuidado", el papá dice "uno más" para estimular a los hijos a subir otro escalón y llegar a la cima. 

He conocido muchos tipos de papás: los que viven, comen y mueren por sus hijos, los que los engendran y se van, los abusadores, los amorosos, los consentidores, en fin, hay muchísimos, pero cada uno tiene sus razones -erradas o no- para comportarse como lo hacen. Pero en esto de ir recordando cómo será ser papá, qué sentirán, es decir, si el amor que sienten es más, menos o igual al de las madres, me dedico a recordar a los padres de mis amigos, a los que tengo cercanos a mi vida y, gracias a Dios, puedo darme cuenta que a pesar de sus virtudes o sus defectos, todos aman a sus hijos. 

Pienso que lo que más se asemeja a la descripción de ser papá es el significado que le imprime a esta profesión tan difícil mi amigo Billy. Conozco a Billy desde mi adolescencia y al pasar el tiempo he descubierto en él una hermosa cualidad que no pensaba que tendría: el profundo amor por sus hijos -bueno, tampoco es que el muchacho no tenga sentimientos, sino que no esperaba que el grado de amor fuese a tan alta escala-. Billy es padre de tres hermosas criaturas, dos niñas y un niño y él, vive, come y muere por ellos -y ellos por él, estoy segura-.  

Billy es mi mejor termómetro de lo que es ser papá. Él está siempre pendiente de sus niños, los lleva al colegio, los busca, los ayuda en las tareas, pero lo más importante el poco o mucho tiempo que pueda dedicarles, son exclusivos para él. Ese tiempo es "de los niños" - como él mismo dice- y no hay llamada telefónica, ni visita, ni reunión que hagan que desvíe su atención de esas tres personitas que son su vida. Billy los guía por el buen camino, los alienta en los momentos más tristes que han podido tener... se encoge hasta quedar del tamaño de sus hijos mientras juegan juntos y crece como un gigante cuando tiene que protegerlos.  Estoy segura que para los niños, Billy es el mejor padre que han podido tener, porque siempre está cuando lo necesitan sin importarle nada ni nadie, por aconsejarlos en los momentos más oportunos, por mostrarles el camino y llenarlos de amor... pero pienso que eso se logra porque así como él, Billy tuvo un padre ejemplar y una mejor mamá quienes lo llenaron de amor y le enseñaron todo lo que hoy puede enseñar y brindar. Ojalá existieran muchos Billy, que sé que los hay. 

Pienso que eso es ser papá, no solo lo material sino lo más importante el tiempo que puedas pasar con los hijos y la calidad de ese tiempo para compartir.... Felicidades a todos los padres. Así pienso, así soy. 


Comentarios

  1. Gracias Rossie por darnos tan bonito post! Mi padre, bueno tantas cosas que decir y al mismo tiempo ninguna, el tiempo lo ha cambiado tanto a él como a mi... Un abrazo mi amolllll

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  2. Excelente Big Sister!!!!

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  3. Como cosa extraña estoy de nuevo de acuerdo con tu maravilloso planteamiento en este blog; padre no es el que pone la semilla; ser padre conlleva y conjuga muchas cosas.
    Saludos

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