MUJERES GUERRERAS



El 8 de marzo es celebrado en el mundo entero el Día Internacional de la Mujer para conmemorar la lucha por su participación en pie de la igualdad con el hombre en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.  Esta efeméride es atribuida a una tragedia ocurrida en la ciudad de Nueva York el 25 de maro de 1911, cuando una fábrica de camisas ardió en llamas en horas de la madrugada y centenares de mujeres que trabajaban en ella no pudieron escapar ya que  los propietarios habían bloqueado los accesos para evitar robos en su interior. 146 mujeres murieron aquel día, la mayoría jóvenes inmigrantes de origen judío e italiano. El incendio sirvió de aldabonazo para la causa de las mujeres trabajadoras y del internacionalismo obrero en general alrededor del mundo.  Sería en 1977 cuando la ONU proclamara el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.  Hoy ellas son “guerreras” que trabajan, cargan niños, responsabilidades, bolsas de supermercados, alegrías, penas, tristezas y sus  fuerzas pueden ser medidas a la par de cualquier hombre por muy fuerte que este sea, aunque se les llame el “sexo débil”.

He conocido muchísimas mujeres “guerreras” durante el transcurrir de mi vida quienes han sido mi inspiración, mis modelos, mis maestras, féminas quienes, de una u otra forma, se han ganado mi respeto y admiración independientemente de la labor que realicen. Son muchas, comenzando por mi abuela Rosa Amelia Zavala de Rodríguez, ¡sí señor!, ese “rolo” de mujer que levantó a 9 muchachos, casi que todos seguiditos, jodídisimaaa pero súper querendona, un alma de Dios que prefería quedarse sin nada con tal de ayudar a quien lo necesitara… pienso que eso lo heredé de ella… me refiero a lo “jodida” y mi amor por ayudar a los demás. Siguen mi madre y mis tías, las mujeres de mi familia, quienes luego de la muerte de mi abuela han sido lo más parecido a ella y han hecho que la vida sin “mamá” fuera menos dolorosa para mí… y así muchas mujeres a quien hoy honro en este día, su día, nuestro día.

Pero hay mujeres a quienes admiro y quienes me han enseñado - como una vez lo hicieran mi abuela, mi madre y mis tías- que lo más importante en la vida no es quién eres, sino lo que puedes hacer por los demás, en lo que se convierte tu vida ayudando a los otros, lecciones aprendidas para que luego enseñes.


Cecilia con su hija Andreina
y sus nietas Camila y Constanza
Cecilia Bernardoni de Socorro. A la señora Cecilia la conocí mucho antes de conocer a su hija Andreina Socorro. La conocí porque fue profesora de mi mamá cuando daba clases en la facultad de odontología en la Universidad del Zulia. Hoy presidenta de la Fundación Innocens, fundación que ampara a niños, adolescentes y mujeres embarazadas contagiados de VIH o producto de violación. Una mujer que lucha, día a día, por sus “nenes”, todos los niños y niñas que asisten a la fundación diariamente en busca de salud y del amor de la señora Cecilia. Una hermosa mujer que se ha encargado de sembrar esa semilla de bondad, del amor por el prójimo a su hija, a sus nietas y a las personas que estamos cerca de ella. Una mujer exitosa, una madre modelo y una abuela consentidora llena de amor y de paz.

Clemencia Hernández. Mi amiga Clemencia es un héroe anónimo, y tan anónimo que quienes la conocemos sabemos que no le gusta que hablemos de sus obras. La conozco profundamente desde hace aproximadamente 10 años. Es un ser de esos que uno dice “se rompió el molde al nacer”. Es una gran ejecutiva, una súper mamá y una gran amiga, quien ha enseñado a sus hijos el amor por los más necesitados. Son muchas las personas, instituciones que conocen de su corazón y su amor por la labor social y otras que reciben su ayuda sin saber de dónde proviene. 
 

Carmen con Rocelli y María Consuelo
Carmen de Cochesa. A Carmen tuve el gusto de conocerla mientras trabajaba en un importante medio de comunicación de la ciudad y créanme que, además de bella, es una de las mujeres que más he admirado por su incansable labor al frente de la Fundación Amigos de la Mujer con Cáncer de Mama (Famac). Ella con su inteligencia y su gran corazón ha logrado apoyar a muchas mujeres afectadas por esta terrible enfermedad.




Goya Sumoza
Goya Sumoza. Mi querida amiga y colega Goyita, una mujer luchadora y a quién  en un momento la vida la hizo víctima de un accidente en el interior de su hogar , el que diera pie a la creación de la fundación que hoy preside, la Fundación Goya que tiene como finalidad promover, divulgar y realizar campañas, eventos y proyectos dirigidos a la educación para promover medidas relacionadas con la seguridad y la prevención de accidentes, lesiones o muertes de niños como consecuencia de quemaduras que ocurran dentro del hogar. Así es Goya, siempre con una sonrisa en sus labios, con una pasión a flor de piel por la vida y por ayudar a los demás.


Rocelli con su hija Celia
Otras tres mujeres exitosas, guerreras y con un gran corazón son mis amigas y colegas Andreina Socorro, Rocelli Bravo y María Consuelo Chávez, quienes a pesar de no  presidir fundaciones que ayudan a otros, son portavoces e imagen de muchas de ellas. Pienso que la labor social que prestan estás “chicas superpoderosas”  junto a Goya Sumoza ha sido un modelo para que muchos colegas y amigos se sumen a lo que hoy llamamos ser socialmente responsables.  Tres mujeres brillantes, luchadoras, profesionales, que no solo se dedican a la locución, animación, sino que también son amas de casas, esposas, madres, hijas, en fin mujeres guerreras, de esas que provoca admirar.
 
 
María Consuelo con
Andrés y Sofía
Sé que existen muchas mujeres como todas las que hoy describo que merecerían aunque sea un párrafo en este post, pienso que todas las mujeres que conozoco merecen tenerlo, pero ellas son las que hoy me inspiran a escribir por conocer la labor que realizan, el corazón que tienen y las ganas de ayudar a los más necesitados. Ellas, las que hacen una pausa en sus vidas para compartir y llevar un mensaje solidario a quien lo necesite, las que cambian actividades en sus apretadas agendas laborales para  compartir una caminata por la vida, un té canasta a beneficio de, las que toman un micrófono para difundir mensajes llenos de esperanza, las que tocan puertas para buscar ayuda y pintar una sonrisa en las caras de niños y ancianos. Ellas merecen hoy un reconocimieno a su amor y lucha por los demás.


Pienso que para todas las mujeres del mundo el Día Internacional de la Mujer no solo debería celebrarse cada 8 de marzo, pienso que debería ser todos los días del año. Así pienso, Así soy.
Mujeres guerreras

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