UNA SEMANA NI TAN SANTA.

Durante la Semana Santa los cristianos conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Son días en los que los cristianos practicantes se suman a una intensa actividad litúrgica, que generalmente comienza el Domingo de Ramos (buscando las palmas benditas en las iglesias) y finaliza el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua como muchos lo llaman. Recuerdo como mi familia celebraba la Semana Santa cuando era una niña, sobre todo cuando mi abuela vivía y como buenos cristianos practicantes teníamos que ir a todo acompañando a Jesús hasta su muerte y resurrección.
 
El ritual de mi abuela comenzaba el Miércoles de Cenizas. Recuerdo que ibamos a la misa y salíamos con la cruz de cenizas en la frente... mi madre me cuenta que a mí no me gustaba porque sentía que el osado sacerdote me colocaba cenizas para ensuciarme la cara -pensamientos de niña coqueta- y al llegar a mi casa quería correr al baño a quitármela hasta que escuchaba el grito de mi abuela: "¡Muchacha! ni se le ocurra, ¿usted no sabe que eso le recuerda que usted viene del polvo y en polvo se convertirá una vez muera?". Ustedes me podrían explicar ¿qué niña de 5 años va a entender que viene del polvo y que cuando muera se convertirá en polvo otra vez?...pienso que con esa edad, al escuchar a mi abuela diciéndome que me convertiría en polvo cuando muriera quizás era lo que hacía que no fuera a lavarme la cara, solo por el miedo a morir.
 
También recuerdo que durante la cuaresma casi no comíamos carnes rojas, y yo me ponía bravísima porque no me gustaba mucho el pollo - en realidad aún no me gusta- ... pero claro, ahora entiendo el por qué y que solo eran los viernes de cada semana durante la cuaresma y el jueves santo, pero a mí se me hacía interminable el tiempo que pasaba sin comer carne roja, pero lo hacía con tal que mi abuela no me regañara por faltar a la iglesia.
 

Llegaba el Domingo de Ramos y allá ibamos otra vez, sí ¿a dónde más?, a la iglesia a escuchar la misa y a buscar la Palma Bendita...y llegabamos a la casa y ¡zas! mi abuela agarraba un ramo de palma, hacia una cruz y la colocaba detrás de la puerta principal de mi casa... ¿les cuento algo? aún en mi casa existe esta tradición. Y así continuaban los rituales, las misas, la visita a los 7 templos donde entrabamos y encendíamos una vela en cada uno mientras pedíamos un deseo y así otras cosas que ya no recuerdo. Si viajamos a la playa, disfrutabamos pero igual se cumplía con todos los rituales litúrgicos porque si no mi abuela podría desheredarnos...hasta que cumplí los 18 años y fui una "rebelde sin causa" - espero que las monjas donde estudié no lean este post porque podría morirme de la vergüenza-.
 

Ya había tenido muchos años haciendo lo mismo, entre la playa (porque casi todos los años ibamos a Falcón en Semana Santa y Carnaval) y el protocolo cristiano de la época me tenían la vida hecha cuadritos. Entonces decidí no ir más a la playa - que ya odiaba y que aún odio quizás por ir todos los años- ni cumplir con los rituales y lo que hacía era que organizaba un viaje y me iba. Entonces ahora, Rossie, la rebelde sin causa, hacía su maletica, y como dirían mis amigas "Mushasho lo vamoooos". Viajaba, rumbeaba, bailaba, cantaba, gozaba, y conmemoraba la pasión, muerte y resurrección de Jesús con una buena copa de vino... Pero entiendan, tenía 18. Pienso que mientras pasa el tiempo y vamos viviendo, madurando y extrañando, comprendemos el por qué de las cosas y lo que antes nos daba fastidio - por llamarlo de alguna manera- hoy tiene sentido en nuestras vidas.
 
Ahora, a mis 20 - jejejejejeje- la Semana Santa ha vuelto a tener ese sentido de reflexión, de encuentro con Jesús del que tantas veces mi abuela me hablaba. Vuelvo a ir a misa, me dejo colocar la ceniza en la frente, busco mi palmita bendita, hago la cruz y la coloco detrás de la puerta principal de mi casa, no como carnes rojas en cuaresma, visito los 7 templos y así viaje cumplo con mis deberes de cristiana y con lo que mi abuela me enseñó desde niña... Pienso que debemos de alguna forma conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth y reconocerlo como el UNICO Salvador, el UNICO que en verdad murió por nosotros... pero eso no quiere decir que durante ese viaje, además de cumplir como cristiana, no disfrute sanamente con una copa de un buen vino. Así pienso, Así soy.
 
 

Comentarios

  1. Muy bueno Ro.... un buena reflexion para estos dias Santos. Besos

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  2. Es así, parte del crecer es hacernos conscientes de nuestro entorno y ocuparnos de que la introspección que vivimos en estos días se vuelva acciones para ayudar al prójimo.

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